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Unidad 8.- AFILIACIÓN, ATRACCIÓN Y RECHAZO INTERPERSONAL.

4.3. El efecto de la familiaridad en la atracción

Nos sentimos más atraídos hacia quienes nos resultan familiares que hacia quienes no.

La familiaridad: grado de exposición que una persona tiene a otra.

Se ha demostrado que las personas tienden a sentirse atraídas hacia quienes viven más próximos físicamente a ellas.

Festinger, Schachter y Back (1950) hicieron un estudio en un conjunto residencial de varios apartamentos cada uno, donde residían estudiantes casados.

Seleccionaban aleatoriamente los nuevos inquilinos según se iban los que estaban. Transcurrido un tiempo, preguntaban a los residentes con quien del edificio habían establecido más amistad:

  • El 41% de los vecinos de puertas contiguas decían ser amigos íntimos, frente al 22% de los que vivían a dos puertas de distancia.
  • El 10% eran los que vivían al otro lado del pasillo.

Este efecto ha sido replicado, por ejemplo, en un estudio con alumnos que se sientan juntos en clase, tienen más probabilidad de ser amigos que aquellos que se sientan en la misma fila; y estos a su vez más que los que se sientan en distintas filas.

La mayor parte de la evidencia que apoya el efecto de la familiaridad sobre la atracción procede de la investigación sobre el efecto de mera exposición: la exposición repetida a un estímulo aumenta el grado hacia él, por lo que las personas tienden a experimentar mayor atracción hacia estímulos familiares que hacia estímulos no familiares (Zajonc, 1968).

Este efecto no puede explicarse por otros factores que suelen confundirse con la familiaridad, como la cantidad o calidad del contacto social, y surge sin que los perceptores sean conscientes.

La exposición prolongada a un estímulo que nos desagrada y tenemos una actitud negativa hacia él, puede invertir el efecto y empeorar nuestra evaluación hacia el estímulo (ej. Cruzarnos todos los días por la calle con alguien que no nos cae bien, hará que cada vez nos guste menos).

Investigaciones sobre los efectos de la mera exposición sobre la atracción:

 

Fotografiaban a un grupo de personas y luego les mostraban las imágenes normales e invertidas. Elegían su propia imagen invertida (como se veían en el espejo) y la de sus amigos normal.

Estudiaron si el efecto del aumento de la atracción mediante la mera exposición aumentaría también la percepción de semejanza.

Durante 4 semanas se mostraba a los participantes una fotografía de una persona a la que debían evaluar a través de diferentes medidas (familiaridad, atracción, semejanza con ella…). A la mitad se les presentaba la imagen de una persona nueva cada semana, a la que evaluaban como no familiar, y por tanto, se mantenían estables las valoraciones de atracción y semejanza.

El resto de participantes, veían una fotografía de la misma persona todas las semanas y cada semana la evaluaban como más atractiva y semejante a ellos.

La mera exposición aumenta la atracción y la percepción de semejanza.

Hicieron su estudio en un contexto social natural entre 200 alumnos de Psicología de la Personalidad.

Cuatro mujeres con apariencia física similar asistían a las sesiones como estudiantes, cada una un número diferente de veces (0, 5, 10 y 15), pero ninguna interactuaba con los estudiantes (mera exposición).

Al final del curso se le pregunto a los estudiantes y se encontró que la mera exposición tenía efectos débiles sobre la percepción de familiaridad (no recordaban a las chicas), pero fuertes sobre la atracción y la semejanza (cuanto más frecuente era la asistencia de la chica a las clases, era evaluada como más semejante y atractiva).

Demostrando que el efecto de mera exposición se produce incluso con más fuerza, cuando la persona no es consciente de estar percibiendo el estímulo.

 

La familiaridad predice la atracción: Explicaciones:

  1. Basada en el condicionamiento clásico: la mayor parte de nuestros encuentros sociales son moderadamente positivos a nivel afectivo (o al menos no aversivos). Cuanto mayor sea la frecuencia de nuestros encuentros con otras personas, en mayor medida los asociaremos con emociones positivas.
  2. Basada en razones evolutivas: Los estímulos nuevos generan incertidumbre y reacciones de cautela, que disminuyen a medida que la exposición repetida a ellos muestra que son benignos (tanto los humanos como los animales responden con cautela a los desconocidos).
  3. Tendemos a procesar perceptiva y cognitivamente con mayor fluidez los estímulos familiares, y esta fluidez es experimentada a nivel afectivo de forma positiva.
  4. Extensión del argumento del CC: la familiaridad, o la exposición repetida, crea oportunidades para la interacción. Como las recompensas que otras personas nos aportan, son un factor motivacional que subyace a la interacción social; la mayor familiaridad implica que en el pasado han tenido lugar interacciones reforzantes, es decir, experimentamos positivamente el tener interacciones con los demás, creando un deseo de establecer más interacción con ellos.

Reis (2011), critica que los experimentos no reproducen interacciones reales. Realizó dos experimentos con participantes del mismo sexo que no se conocían previamente.

En el primero, debían mantener una breve conversación sobre temas presentados por los investigadores y después completar un cuestionario que contenía diversas medidas sobre la atracción hacia la otra persona con la que interactuaron. Se manipulo la cantidad de interacción entre los participantes.

Los resultados fueron que la mayor familiaridad tenía un efecto beneficioso sobre la atracción.

El segundo experimento trato de crear un contexto más natural para confirmar el resultado, mantenían las conversaciones a través de un chat sin restricciones de tiempo y de contenido. “La atracción era mayor cuantas más conversaciones habían tenido”.

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