5. La experiencia de sentirse rechazado
Los esfuerzos que realizan las personas por afiliarse y ser aceptadas no son siempre exitosos. Existen ocasiones, en las que los demás no están interesados en interactuar o mantener relaciones con nosotros.
Rechazo: cualquier situación en las que las personas perciben algún tipo de amenaza a la pertenencia (Leary, 2005), tanto cuando esta amenaza ha sido clara y directamente comunicada, como cuando está implicada de forma indirecta.
- Rechazo explícito: acciones deliberadas en las que una o más personas ignoran, excluyen o marginan a un individuo. (cuando alguien es expulsado de una reunión, despedido del trabajo, dejado por la pareja), cuando las personas son objeto de prejuicio y discriminación, la experiencia de estigmatización: las personas sufren rechazo por el hecho de que otros perciben que poseen una característica por la que deben ser evitadas o excluidas.
- Rechazo implícito: se produce cuando una persona es criticada o traicionada por otra.
Todas estas experiencias de rechazo tienen en común la existencia de un bajo valor relacional (Leary), es decir, otros no consideran relacionarse con la persona rechaza tan valioso o importante como dicha persona desearía.
La atracción es estudiada como Variable Dependiente y el rechazo suele considerarse Variable Independiente, es decir, los investigadores exploran las causas de la atracción y las consecuencias del rechazo, las cuales suelen ser conductuales, cognitivas y emocionales.
Conductuales |
Aumento de conducta agresiva. Disminución de conducta prosocial. Conductas reparadoras. |
Cognitivas | Afecta a tareas complejas y procesos cognitivos controlados. |
Emocionales | Estado emocional negativo o neutro: Autoconcepto independiente (el rechazo aumenta la creatividad). |
El rechazo produce fuertes efectos sobre la conducta, lo que puede reflejar la importancia de la afiliación y la pertenencia.
Una de las posibles consecuencias es el aumento de la conducta agresiva (existen estudios de laboratorio donde se observaba que los participantes que eran rechazados desplegaban una elevada agresividad hacia los participantes, aunque estos no los provocaran de ninguna manera).
Muchos de los estudiantes que han ocasionado tragedias en sus institutos habían sido víctimas de rechazo por parte de los compañeros: experiencias de rechazo agudo o crónico, unidas a factores de depresión o tendencias sádicas.
Las personas rechazadas también pueden experimentar una disminución de su conducta prosocial. Se encontró en experimentos, que los participantes que habían sufrido rechazo donaban menos dinero a causas benéficas, no querían participar como voluntarios en futuros experimentos, no cooperaban con otras personas en juegos experimentales (dilema del prisionero).
Se concluye diciendo que el rechazo interfiere en las respuestas emocionales, impidiendo experimentar empatía hacia los demás y debilita la tendencia a ayudar o cooperar con otros.
Las personas rechazadas, sobre todo con fuerte necesidad de pertenencia, también manifiestan interés por formar nuevos vínculos sociales, bastándoles con encontrar personas que simplemente les acepten, para evitar ser nuevamente rechazados: Conductas Reparadoras.
En ocasiones, las personas reaccionan al rechazo evitando el contacto social, hacia los que les han rechazado y hacia los que pudieran hacerlo.
El modelo de Richman y Leary recoge las distintas formas de responder al rechazo: de forma agresiva, evitadota y restaurando el contacto.
Una consecuencia del rechazo, de índole cognitiva, se produce sobre el rendimiento intelectual, aunque es temporal.
Se comprobó que personas rechazadas puntuaban más bajo en los test de inteligencia, mostraban un buen rendimiento en tareas sencillas, pero en tareas que implicaban un razonamiento lógico y responder a preguntas sobre un texto difícil, se verían perjudicados.
El rechazo afecta a los procesos cognitivos controlados, pero no a los automáticos.
Es posible que estas personas se vuelven pasivas y no quieren esforzarse en pensar por ellas mismas.
El rechazo produce un cambio hacia un estado emocional más negativo. Sin embargo, sentirse peor no significa necesariamente sentirse mal; estas personas informaban de estados emocionales neutros (pasaban de un estado positivo a uno neutro).
Las personas que tienen un autoconcepto independiente (piensan que son diferentes del resto de personas y enfatizan las metas individuales sobre las grupales); una experiencia de rechazo aumenta su creatividad.